Esquelas por localidad

Esquelas por fecha

mayo 2024
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  

Antonio Navarro Cremades

El notario que amaba los libros

Nos ha dejado mi hermano Antonio Navarro Cremades, ciezano que ejercía como notario en la vecina localidad de Abarán. No puedo dejar de recordar las noches en nuestra casa escuchando Radio Gaceta de los Deportes en Radio Nacional de España. Fue entonces cuando nos aficionamos al fútbol, él siempre con su Real Zaragoza. Tampoco las largas noches que me llevaba junto a sus amigos, todos mayores que yo, al Paseo de Cieza, y nos quedábamos hasta la madrugada conversando. Y las noches de feria en el bar Gran Vía, para desde allí oír a los cantantes que actuaban en el pabellón municipal.
Y en su habitación, siempre estudiando con una luz precaria a 125 voltios y leyendo libros de geografía e historia. Así transcurría su vida en Cieza.
Fue al colegio de las Monjas Pastoras, al Santo Cristo y a la academia de don Manuel Avellaneda. Fue este quien lo recomendó para que diera clases particulares a varios estudiantes en mi casa, por tener ya bastante conocimiento de todas las materias. Fue allí donde conoció a la que después fue su mujer, María Dolores, y así se ganó un dinerillo para lo que más le gustaba: los libros.
Entre los más jóvenes
Con 16 años se marchó a Murcia a estudiar, a un piso compartido. Venía los sábados en los autobuses de Ríos, que hacían su parada en la puerta de Correos, y ahí estaba yo para recogerlo y que me contara cosas. Los domingos por la noche en el coche Gordini que tenía mi padre lo llevábamos a Murcia, y así hasta que terminó la carrera de Derecho con 21 años e inició la preparación de las oposiciones para Notaría en una academia en Valencia, donde vivió, consiguiendo más tarde aprobar las oposiciones en el año 1978. Fue uno de los más jóvenes de su promoción.
Enseguida llegó su primer destino: Villahermosa, en la provincia de Ciudad Real. Después, Villanueva de los Infantes, Alcaraz y hasta más de 14 poblaciones que visitaba y atendía con su bondad y eficacia, donde dejó grandes amigos que, a pesar del tiempo que hace que se marchó de esas tierras, han seguido confiando en él hasta ahora.
Nacieron sus tres hijos y no quiso ejercer en capitales de provincia (que por puntuación y méritos le correspondía), y decidió venir a un pueblo cerca de su casa, Abarán, y vivir en Cieza con su familia y amigos. Ha estado en la vecina localidad abaranera más de 30 años atendiendo a cientos de personas, donde ha dejado un recuerdo inolvidable como profesional y buena persona.
Me cuenta mi hijo Ernesto, su sobrino, que no es posible transmitir ni expresar el vacío que deja en cada uno de nuestros corazones y, con acierto, reproduce esta bonita frase: «Un millón de palabras no podrían traerte de vuelta, lo digo porque lo he intentado; ni tan siquiera podría un millón de lágrimas, lo digo porque he llorado».
También me han transmitido su pesar cientos de vecinos y de colectivos, entre ellos los regantes, a los que tanto ayudó de la mano del que fue su gran amigo, Isidoro Ruiz Gabaldón. Descanse en paz el gran notario de Abarán, de toda la comarca, hermano y amigo de todos.

MARIA  DOLORES  IRAOLA  ALICANTE
Esta web usa cookies. P. Privacidad.    Ver
Privacidad