ObituarioJosé García López
La Filología Clásica llora con profunda tristeza la muerte del profesor José García López, primer catedrático de Griego de la Universidad de Murcia, en la que siempre permanecerá, y no solo porque en la biblioteca Nebrija esté su nombre.
El profesor García López era un maestro, por su saber y su ejemplo. Había estudiado Filología Clásica en Madrid, en un momento en el que se reunieron en la Facultad de Filosofía y Letras maestros insuperables como Rodríguez Adrados, Fernández Galiano y Lasso de la Vega, entre otros. En Madrid se doctoró, tras completar su formación en Alemania, en el Seminario de Filología Clásica de la Universidad de Tubinga, donde aprendió de Wolfgand Schadewaldt y Konrad Gaiser, siendo después profesor en su Universidad. Tras ganar la preceptiva oposición, tomó posesión de la plaza de agregado de Lengua y Literatura Griega en La Laguna, de donde vino por traslado en el curso 1977-78 para quedarse para siempre.
No había nacido en Murcia, pero sus padres sí, y amaba esta tierra, como la amarían su mujer, nuestra queridísima Conchita, y sus hijas, que aquí crecieron y estudiaron.
Murcia le debe al profesor García López contar con la especialidad de Filología Clásica, y le agradecen nuestros alumnos, profesores de institutos de Secundaria o de Universidad que trajera sus muchos valores a la capital, pues sin él no hubiese sido posible instaurar estos estudios.
García López era muy serio y muy riguroso en sus clases y en sus investigaciones, virtudes que se compaginaban con su cordialidad y su preocupación por los demás. Sobre todo, alumnos. Los quería, como ellos lo querían y quieren, además de respetarlo y admirarlo. Estas virtudes las corrobora el libro-homenaje que le dedicaron sus discípulos. El título, ‘Koinòs lógos’, como indicaban, evoca el sentimiento solidario que lo inspira, ya que a todos los que escribimos nos asistía una razón común: nuestro reconocimiento y gratitud.
Su obra es magnífica e ingente. Autoridad en ‘Religión Griega’ o ‘Música griega antigua’, excelente traductor y comentarista de autores griegos, dedicó sus últimos años a la ‘Odisea’. Lo acompaña un gran discípulo, alumno de la primera promoción murciana, hoy catedrático de esta Universidad.
Fue mi amigo, me ayudó y me enseñó mucho. Impartió su ‘Vltima lectio’ sobre música, pero su auténtica ‘Vltima lectio’ es la que ha dictado en su enfermedad y en su encuentro con la muerte. Amor, belleza y bondad brillaban sobre el dolor y el misterio. Su sabia presencia siempre estará entre nosotros.
