José Manuel Gadella
Hay una noticia que nunca desearías conocer, como ha sucedido ahora, agazapada en un despistado mes de agosto. Se nos fue nuestro primer entrenador y profesor de baloncesto, que además terminó siendo un gran amigo de todos.
Esto de fallecer tiene dos cuestiones difíciles de conjugar, recordar a quien se ha marchado y hacer justicia con su memoria. Nos
da la impresión de que Pepe Gadella será recordado por sus amigos del baloncesto y de otros ámbitos de la vida, pero estamos seguros de que no se le ha hecho toda la justicia que merece en el mundo cartagenero de la canasta.
Este sencillo y urgente homenaje que queremos hacer a Pepe corresponde al respeto de un grupo de críos de los Maristas a quienes Pepe enseñó a jugar al baloncesto, allá por finales de los 60 y principios de los 70. Una figura especial, de cara ancha y cuidada barba, nos enseñó el abecé de este deporte, con el más grande y maravilloso de los entusiasmos. Fue en el antiguo colegio de La Sagrada Familia de los Hermanos Maristas, en la calle San Agustín, donde Gadella construyó un equipo que participó con éxito e importantes clasificaciones en las finales de los campeonatos de España de categorías infantil y juvenil.
La historia del baloncesto cartagenero, que algún día se escribirá, habrá de reseñar que Pepe fue el primer entrenador de la Región de Murcia que alcanzó el título de entrenador nacional de baloncesto, siendo alumno de Díaz Miguel; puso en práctica defensas presionantes, cuando esto lo veías en una cancha en muy contadas ocasiones; creía en el contraataque organizado (hoy transición) para conectar con la siguiente fase del juego; y, tenía una idea global de la ayuda defensiva.
Pepe Gadella ayudó a nacer al primer CB Cartagena y siempre se mantuvo en contacto con el baloncesto, colaborando en todo (anotador, delegado de campo o árbitro) lo que ya su avanzada edad le permitía, en fin, el deporte no es nada sin un criterio con el que jugarse y sin alguna referencia personal para guiarte. Por eso, todo jugador de baloncesto debería recordar su primera canasta y la última, porque de ellas habría de aprender algo y dejar una huella. Esto es lo que tú has hecho, nos enseñaste a jugar, a vivir, a ser personas logrando muchas canastas importantes en tu vida, estamos seguros de que esa última canasta tuya está por llegar y seguramente será enseñándole a marcar los pasos de entrada a canasta a los angélicos del Cielo.
Descansa en paz, entrenador, profesor, amigo. POR TU EQUIPO DE SIEMPRE
