Un nazareno de amor, gracia y esperanza
ANTONIO MORALES / MARÍA TURPÍN
Qué difícil es aceptar aquello que no podemos entender. Y cómo entender que la muerte nos arrebate, de manera cruel y anticipada, a José Ortiz, a nuestro querido Pepe Zurrón. Era una persona que no pasaba desapercibida; su alegría desbordante, su optimismo ante la vida, su energía positiva y su generosidad con los demás hacían que, allá por donde pasara, dejara una huella de amor y de amistad en todos nosotros.
Amante de la Semana Santa, Cieza ha perdido uno de sus principales valores cofrades. Miembro destacado de las cofradías de la Samaritana y de Ánimas, fue presidente y cabo de andas de la Real Cofradía de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza. Fue mirándola a la llena de Gracia donde nuestros caminos se cruzaron para forjar una amistad que durará siempre, hasta que volvamos a encontrarnos.
Soñador empedernido, suya fue la idea de que una mujer dirigiera el trono en el traslado de la imagen titular desde el monasterio de las Monjas Claras a la Casa de Hermandad. Una locura que se hizo realidad y es una de nuestras señas de identidad. Y todo lo que sé cómo cabo se lo debo a él, a su ayuda y confianza, a los paseos interminables por toda la carrera, revisando cada cable, cada esquina.
Agricultor entregado a su trabajo, su prioridad siempre fueron su esposa, Ana, la mujer de su vida, y sus hijos, Adrián y David, en cuyos gestos y corazones le seguiremos viendo vivo. Recordar a Pepe es sonreír por los buenos momentos vividos, por las anécdotas y las bromas, por esa manera suya de vivir iluminando la nuestra.
Una despedida en jueves
Con esa inteligencia que la vida da a los elegidos, decidió que no se podía despedir de nosotros en otro día que no fuera un jueves, el día de la semana que todos los Hijos de María llevamos grabado en nuestro interior más profundo, ese por el que soñamos todo un año y por el que Pepe nos ha dado un nuevo motivo para honrar.
No lo olvidaremos nunca, sería imposible, porque el amor, cuando es verdadero, es eterno, y todos los que tuvimos la inmensa suerte de conocerlo y de compartir con la vida con él, lo amaremos siempre.
